Estamos inmersos en una época en la que se están produciendo cambios culturales muy profundos en todos los ámbitos, desde el local hasta el mundial. Cambios de gran calados que parten de contextos científicos y tecnológicos, y que son evidentes en el desarrollo de una nueva sociedad en el marco de la globalización económica.
Uno de los cambios más destacados es el enorme desarrollo de las ciencias de la información y la comunicación, cuya presencia se ha vuelto esencial en numerosos aspectos de la vida cotidiana. En cuanto al campo de la educación, todas estas transformaciones se observan en las políticas educativas, diseñadas con planteamientos comunes por los distintos países, y que en nuestra esfera se traducen en informes o nuevos planes de estudios que afecta a las diferentes etapas educativas. Así, la Etapa de Educación Infantil, no es ajena a esta educación.
La sociedad actual, en la que se desenvuelve la vida de los niños/as que se escolarizan en esta primera etapa educativa, se ha renovado: los medios de comunicación, información y transportes han acercado espacios, tiempos, objetos y personas que anteriormente estaban muy distantes.
En la sociedad actual, los niños/as reciben gran cantidad de información por medio de distintos canales. Esta nueva realidad alimenta la idea de que la infancia actual es muy diferente a la de hace unos años, lo cual promueve una concepción educativa nueva en la que favorecemos el rol activo del niño/a en los procesos de pensar, sentir y actuar; y , lo más importante, en la que consideramos al niño/a como un productor de conocimientos.
Por eso, lo esencial es la pregunta, el gran recurso educativo que despierta al niño/a para que construya sus propias hipótesis del mundo que le rodea, para que nos explique por qué las cosas son como son desde su mundo mágico, desde su intuición, es decir, desde su mirada científica.
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